martes, 26 de agosto de 2008

Amores Perros II: Cómo enseñarle a tu hombre a que te traiga el diario y te dé la pata



De todos tus hijos, el que más tarda en madurar e independizarse… es tu marido.


Domesticados, les guste o no


Cuando el mejor amigo de un hombre es un perro, ese perro está en problemas.
Es realmente impresionante descubrir cuánto tienen que ver las mascotas con los humanos. Para empezar, a una mascota que se porta mal quisieras atarla, y a un humano que hace tonterías, también.
Dependiendo del tipo de crianza que tenga tu mascota, se puede saber si se convertirá en poco neurótica, semineurótica o como una cabra. Lo malo de tener un perro como una cabra es que luego lo tienes que salir a buscar entre las piedras, montaña arriba.
Para evitar que los maridos y los perros caigan en la neurosis, es necesario cuidar ciertos detalles de su educación temprana.
Es importarte sentar los límites claramente desde un primer momento y tratarlos con amabilidad y firmeza, como se educa a un niño.
Hay ciertas reglas que ayudarán a que tu marido estorbe menos con sus arranques de histeria. Un marido sano debe, en primer lugar, venir corriendo cuando lo llaman y no moverse cuando no lo llaman. Si se mueve cuando no lo llaman y no viene cuando lo llaman, tu marido ( o tu perro) es psicótico y oye voces dentro de su cabeza.
Tanto tu marido como tu perro deben sentarse cuando les dices que se siente y levantarse cuando le dicen que se levante. Debe cortar el césped, fregar los pisos cuando se le indique y pagarle al mecánico del coche cuando termine su trabajo. No hay que perdonarle ni un solo fallo ni una desobediencia. Como los hombres, si lo perdonamos una vez, el can calculará que lo podemos perdonar cada vez que haga una guarrada.
Igual que haces con tu marido, no debes dar por finalizado un ejercicio hasta que no lo haya hecho correctamente. Así que dile al perro que repare la lavadora y guarde en el cajón las herramientas al acabar la tarea, o se irá a su cucha sin cenar. Y dile a tu marido que te traiga ese trapo que ha dejado caer , o dormirá fuera.
Debes ejercer una estricta vigilancia: si lo mandas hacer la compra, debe traerte el vuelto el exacto y que no falte una sola moneda. Los perros y los hombres que no traen el dinero sobrante lo gastan en sus vicios.
Cuando se le da la orden, debe ser capaz de traer un objeto que el amo le ha lanzado. Si no lo trae, no hay pretextos que valga. Nada de “Estoy cansado”, “Tengo sed”, “Que lo traiga otro”, “Yo no soy un Golden Retriever”, “Yo no lo lancé, has sido tú”. ¡Tiene que traerlo, y ya!
Ha de sentarse frente al amo y no soltar el objeto hasta que se le dé la orden de soltarlo, aunque se trate de un kilo de solomillo fresco y jugoso, o de un gato de dos kilos, peludo y jugoso.
Las órdenes deben ser cortas y secas. Por eso se usan órdenes en el escueto idioma alemán : "fuss" ( dame la pata ) , "sitz" ( sentado) , "platz" ( quédate allí), "hier" (aquí), “ raus” ( afuera) y “ Jetzt du geht spaziergehen allein als weit als du kannst weil Ich bin zu müde für mit dir zu gehen ” ( “ Ahora vete a pasear solo tan lejos como puedas porque estoy demasiado cansada como para llevarte” ) .
Ya sabes que cualquier especie animal carece de autocontrol. Al perro , y al marido , se le debe exigir que aprenda a autocontrolarse en todo.
Debe ser sumiso sin ser inhibido: no hay nada más deprimente que un perro guardián que no sale de su cucha por su extrema timidez. Cuando se le propone un juego, no debe mostrarse indiferente. Por más que se oponga, debes explicarle que no es el primer perro que juega al ajedrez: ya hubo varios antes que él.
Por caliente que esté, no debe corres hembras cuando lo sacas a pasear. Tu marido, digo. Bueno, el perro tampoco.



DESNEUROTIZANDO A TU COMPAÑERO

¿Hay una manera de volver sobre el carril de la madurez mental a un perro desquiciado por sus desquiciados dueños anteriores? ¿ Y a un hombre desquiciado por una seguidilla de ex mujeres? Hay salvación, sí: se trata de intentar su reaprendizaje.
Pero primero piensa: ¿Quién es él más fuerte en casa? ¿Tu marido , o tú?
Si quieres ser tú el amo, déjale en claro que en casa mandas tú. Es que aunque no lo creas, a los perros y los hombres les conviene que seas tú quien manda.
Si no lo haces, se desbanda, pierde la guía, y se convierte en gelatinas sin propósitos, desparramadas por la vida, entre la abulia y la depresión. ¿Qué quieres: un marido o una gelatina?
Si optas por convertir a tu mascota en un ser cabal, con costumbres de buen perro, feliz y dinámico, debes desenseñarle los feos vicios que le hicieron adquirir. Bajo ningún concepto puede deshacer tu cama, comer tus dulces, ni romper tus plantas. Hablo de tu marido.
Debe tener muy en claro que la primera que lee el periódico en casa eres tú.
Hay gente que usa las noticias para pegarle al perro, logrando así que el perro tenga una irracional aversión hacia todo lo que tenga que ver con Zapatero, el PSOE, la Reina Sofía y Harri Batasuna. Y hay mujeres que usan las noticias para pegarle al marido: “ ¿Ves que no te enteras de nada , so bruto?”
Es importante enseñar el autocontrol en cada momento compartido. Por ejemplo, perros y hombres deben saber que hay reglas que indican cuando terminó un juego. Cuando ya no quieres escuchar chistes pésimos, se lo dices. Al hombre.
También se recomienda desvalorizar la excitación mediante la indiferencia, por ejemplo, mirando hacia otro lado cuando tu mascota se balancea de la araña de cristal de la abuela. O mirando hacia otro lado cuando tu marido intenta hacer aladelta desde el balcón del décimo piso.
Deben saber que cuando se acabó, se acabó. Ya sea diciéndoselo, o escondiéndole al perro los huesos de plástico y a tu marido las llaves del coche.
Finalmente, perros y maridos aprecian como premio un sabroso bocado entre comidas y un sitio caliente y mullido en tu cama.
Si sigues estas instrucciones, tu perro te traerá el periódico, y tu marido acabará siendo tan dócil como para darte la pata y – lo que es mejor - haciéndose el muerto cuando tú le digas. También le gruñirá a los extraños, pero eso lo hacen todos.


COMO SABER SI PUEDES CONVIVIR CON UN ANIMAL

- No te molesta caminar pisando migas por toda la casa.
- No te afecta ver que ensucien el sofá de seda .
- Si un día se vuelve maduro, normal y correcto, crees que morirás de pena porque no te necesitará tanto.
- Los ronquidos , en lugar de molestarte te dan seguridad.
- Lo sacas para que los vecinos te vean con él y sepas que no estás sola .
- Le das tu helado porque no soportas ver su expresión lastimera .
-Apesta, es gordo y sucio, pero sin embargo lo quieres.

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