sábado, 2 de octubre de 2010

Entrevista a Leonardo Favio , o por qué los hombres le temen al sexo y al deseo

"- Me dicen: “Che, qué minas has tenido ” Ay, si supieran uno se dice: Esta hoy me quiere, pero se me va en cualquier momento Bueno, eso era hace años, ahora ya no. Sabés, se debería tener una llavecita cuando se es joven. Que te apague los deseos.
-Uno es deseodependiente.
-Eso. Allá por mis 20, yo sufría mucho cogiendo. Al contrario de mucha gente, a mí me quedaba un vacío. Terminaba de haber volcado todo un mundo de pasión, de haberme metido en el cuerpo y en el cerebro de otro ser y me daba un baño y me iba a caminar. Ahhh, qué sensación de fracaso, de haber dado todo sin devolución.
-¿Existirá la llavecita para cortar el deseo?
-Ya no la necesito. Aquello que me pasaba con el sexo era casi una enfermedad. Me gusta mirar como ahora, en la filmación ¡más bellas que esas pibas no puede haber!… Y las veo como cosas bellas de la naturaleza que hizo Dios. Ya no siento aquel fuego que me mataba acá y que por ahí me llevaba a ser una mierda de ser humano. Estoy liberado. Puta, si esto lo hubiera podido sentir de pendejo Claro, yo pretendía ser Buda.
-Buda y ladrón de gallinas. Buda con hormigas en el cuerpo. Difícil.
-Loco, te digo que no fui feliz en esa etapa. Quería otra cosa que nunca supe explicar. Quería coger, coger a toda hora y después ¡quedaba hecho pelota! Y a fumar en las plazas… Estaba tristísimo y no me daba cuenta.
-El sexo te vaciaba el alma.
-Siii..."