Llega una tarde en la vida en la que nuestro hijo nos sale con la pregunta de terror: “ ¿Me ayudás con la tarea?” –
No hay manera de salir airoso de esto, ni respuesta que nos salve de perder para siempre el respeto de nuestros hijos, y la imagen idealizada que hasta ese momento ellos tenían de nosotros. No tenemos escapatoria.
Porque lo más probable es que, en primer lugar, vayamos a decir: “ A ver , hijo …Traéme el cuaderno y carpeta para ver que es lo que tenés que hacer …” . El chico lo trae y- por más que lo miremos de arriba para debajo y de abajo para arriba- de la tarea no entendemos nada de nada.
Entonces podemos contestar de tres maneras igualmente bochornosas:
1- Decir " perdoname, pero justo ahora tengo que serruchar/clavar/ nivelar/ destornillar/ atornillas muchas cosas"
No hay manera de salir airoso de esto, ni respuesta que nos salve de perder para siempre el respeto de nuestros hijos, y la imagen idealizada que hasta ese momento ellos tenían de nosotros. No tenemos escapatoria.
Porque lo más probable es que, en primer lugar, vayamos a decir: “ A ver , hijo …Traéme el cuaderno y carpeta para ver que es lo que tenés que hacer …” . El chico lo trae y- por más que lo miremos de arriba para debajo y de abajo para arriba- de la tarea no entendemos nada de nada.
Entonces podemos contestar de tres maneras igualmente bochornosas:
1- Decir " perdoname, pero justo ahora tengo que serruchar/clavar/ nivelar/ destornillar/ atornillas muchas cosas"
2-Decir “No sé”, con lo que logramos que se evapore todo rastro de autoridad que nos quedaba. 2 3- Decir “la verdad, que no me acuerdo de nada de todo esto” , con lo cual le estarías dando a ellos la razón de que la escuela no sirve para nada , y que uno olvida todo lo que le enseñan en la escuela y en la universidad . Y es que aunque intentes explicarle cómo dividir , a ellos no les sirve para nada porque nosotros mencionamos las operaciones con una jerga que ya no se usa( “me llevo” tanto y “queda de resto”…¡ eso no va más!)
4- Recurrir a la “sanata”: Esta es la manera más rebuscada, pero la más usada , para reconquistar un decoroso lugar de respeto en el corazón de nuestros hijos. Pero de esto es difícil salir airoso. Por ejemplo, el chico tiene que estudiar el teorema del resto, y vos de eso no te acordás de nada, pero te acordás de la regla del tres simple, que es el único tema de verdadera utilidad que aprendiste luego de 7 años de estudios primarios. Y para no quedar como un burro, le decís:
- El teorema del resto no lo sé, pero vení que te explico la regla del tres simple- , cuando el chico no quiere saber la regla del tres simple…¡ quiere que le expliques los polinomios! Entonces vos le decís :
- Yo de Polinomios no sé, pero hay un personaje que se llama Polichinela, y un país que se llama Polonia…y el que habla muchos idiomas se llama políglota, porque poli en griego significa “muchos”.
Tu hijo te saca la carpeta de matemáticas de las manos porque comprende que en eso sos un poliburro. Y vos insistís en que lo querés ayudar. Entonces te dice:
- Dejá, porque ahora tengo que estudiar química.
- ¿Qué cosa de química?- le preguntás, haciéndote el sabihondo.
Y el te dice:
- Termodinámica.
Y vos te quedas mirando el infinito mientras te estrujas el cerebro para ver que corno era eso, Pero para no quedar como otro asno, le explicás cómo funcionan los termos, que tiene un colchón de vacío que hace que la temperatura no se pierda …
Y como tu hijo pone cara de “papá, callate” , te apurás a contarle que Kekule descubrió la estructura molecular en anillo del benceno después de soñar con que una serpiente se mordía la cola, porque es lo único que te acordás de todo química porque era como un cuentito.
Antes de tener que escuchar que si te pregunta por los indios mayas le hables de trajes de baño, tu hijo te dice que lo ayudaste un montón, sí: a saber que mejor estudiar solo que preguntarle a papá.
Claro que en todo este proceso, a vos tu hijo te enseñó la respuesta más digna de todas cuando un hijo te pide que lo ayudes con la tarea. Esta es:
“No tengo tiempo …Preguntale a mamá” .
4- Recurrir a la “sanata”: Esta es la manera más rebuscada, pero la más usada , para reconquistar un decoroso lugar de respeto en el corazón de nuestros hijos. Pero de esto es difícil salir airoso. Por ejemplo, el chico tiene que estudiar el teorema del resto, y vos de eso no te acordás de nada, pero te acordás de la regla del tres simple, que es el único tema de verdadera utilidad que aprendiste luego de 7 años de estudios primarios. Y para no quedar como un burro, le decís:
- El teorema del resto no lo sé, pero vení que te explico la regla del tres simple- , cuando el chico no quiere saber la regla del tres simple…¡ quiere que le expliques los polinomios! Entonces vos le decís :
- Yo de Polinomios no sé, pero hay un personaje que se llama Polichinela, y un país que se llama Polonia…y el que habla muchos idiomas se llama políglota, porque poli en griego significa “muchos”.
Tu hijo te saca la carpeta de matemáticas de las manos porque comprende que en eso sos un poliburro. Y vos insistís en que lo querés ayudar. Entonces te dice:
- Dejá, porque ahora tengo que estudiar química.
- ¿Qué cosa de química?- le preguntás, haciéndote el sabihondo.
Y el te dice:
- Termodinámica.
Y vos te quedas mirando el infinito mientras te estrujas el cerebro para ver que corno era eso, Pero para no quedar como otro asno, le explicás cómo funcionan los termos, que tiene un colchón de vacío que hace que la temperatura no se pierda …
Y como tu hijo pone cara de “papá, callate” , te apurás a contarle que Kekule descubrió la estructura molecular en anillo del benceno después de soñar con que una serpiente se mordía la cola, porque es lo único que te acordás de todo química porque era como un cuentito.
Antes de tener que escuchar que si te pregunta por los indios mayas le hables de trajes de baño, tu hijo te dice que lo ayudaste un montón, sí: a saber que mejor estudiar solo que preguntarle a papá.
Claro que en todo este proceso, a vos tu hijo te enseñó la respuesta más digna de todas cuando un hijo te pide que lo ayudes con la tarea. Esta es:
“No tengo tiempo …Preguntale a mamá” .
Y el niño sabe desde cortísima edad que las mujeres lo saben todo.
Lástima que no se sabe por qué extraño designio de diseño mental, a medida que van creciendo se van rehusando a preguntarle a mamá y luego ya no le preguntan nada a ninguna mujer.
Y no saben qué linda vida se están perdiendo por no sentarse una vez por mes a la mesa de la coicna, mate o café por medio , con una horita de tiempo libre , y relajandose , bien predispuesto , mirara a los ojos a la esposa y pareja y preguntarle:
" Cariño, quiero preguntarte...¿ estoy haciendo bien los deberes? ¿ Hay algo que podría mejorar?" . Estaríamos encantadísimas de ayudarlos con la tarea. Las mujeres de esas cosas entedemos un montón ; desde chiquitos debemos explicarles todo a todo el mundo.
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