miércoles, 27 de agosto de 2008

Hombres de todas las edades


Una buena noticia de cumplir años, es que la cantidad de candidatos masculinos a nuestra disposición, se amplía enormemente.
Cuando teníamos 20 años, los de más de 25 nos parecían viejos y los de menos de 20 eran demasiado inmaduros. Cuando teníamos 30, los de 40 eran ancianos y los de 20 unos bobitos. Llegando a los 40, de un hombre no esperamos que nos mantenga ni que nos halague. Sólo esperamos compartir un buen rato con un compañero que sea un “igual emocional”. Entonces nos damos cuenta de que, como los hombres de 40 a 60 se parecen bastante, tenemos un estómago mucho más duro para no hacerle ascos a tipos que antes no nos hubieran interesado para nada.
Una mujer adulta hasta al más feo le encuentra alguna característica encantadora: ojos expresivos, manos estilizadas, linda sonrisa, lindos lóbulos de orejas... El abanico de posibilidades masculinas se nos dispara como un torpedo... y hasta donde el estómago nos dé, porque no hay señor que rechace a una mujer de nuestra edad.
La Señora Robinson de El Graduado era mucho más interesante y sexy que su joven hija. La película Verano del ´42 (una banda de muchachitos enamorados de una cuarentona) calentó las braguetas de toda una generación de imberbes.
Los jovencitos fantasean con nosotras, y con todo lo que el contacto con una mujer mayor les pueda dar de experiencia humana o sexual y de lustre del ego.
Así que también esta franja masculina etaria- años atrás absolutamente despreciable e ignorada-, se nos dispara como target nuevo y atractivo.
Lo único que impide que revoleemos la chancleta es que, a esta edad en que los tenemos a todos a nuestros pies, a veces nos ponemos pretenciosas. ¿ Cómo no vamos a ser pretenciosas, si tenemos tanto para dar? Tenemos un cuerpo joven, somos más libres sexualmente y tenemos un cerebro rico en experiencias. Nuestras charlas son profundas y nuestro sentido del humor se agudizó con los años. ¿Le daríamos alguno chance a uno “ diez años menores”, como dice Arjona? Si el de diez años menos no es un bobito...¿ Por qué no? Eso de buscarse parejas menores no es atributo de los varones ni de las famosas. Todos ganarían con el destape: los varones a quienes siempre les gustaron las maduras harían realidad sus sueños edípicos, y nosotras ganamos ampliando nuestro espectro de elección.
Históricamente las mujeres salieron con hombres mayores que ellas, porque ellas maduran antes. Los hombres prefieren mujeres diez años más jóvenes que ellos, para que hagan juego con su edad mental. Por eso, los hombres de nuestra edad nos parecían inmaduros.
Con el tiempo, las mujeres descubrimos que los años cronológicos de un hombre no son ninguna garantía de madurez mental. Por eso, la idea de noviar con jovencitos nos empezó a parecer algo posible.
Salir con un hombre más joven tiene varios atractivos:
- Nos reencontramos en la cama con alguien que aún tienen un cuerpo fibroso y ágil, justo en la etapa en que los cuerpos de nuestros coetáneos cobran la consistencia de la gelatina.
- Tenemos a alguien cuyas imperiosas urgencias sexuales nos hacen sentir como una irresistible bomba sexual. Aunque tengamos que reconocer que esas urgencias se deben más a las hormonas de ellos que a nuestros atractivos.
- Volvemos a revivir nuestros años de juventud estando con alguien sin canas, sin arrugas y sin experiencia.
Muchas famosas señoras mayores descubrieron cuál es la diferencia de edad ideal entre el hombre y la mujer:
Catalina de Aragón le llevaba 6 años al rey Enrique VIII de Inglaterra.
María I le llevaba 11 años al Rey Felipe II de España.
María de Escocia le llevaba 2 años al Rey Francisco II de Francia.
Anne Hathaway le llevaba 7 años a William Shakespeare.
Josefina de Beaurnais le llevaba 6 años a Napoleón Bonaparte.
Mary Anne Windham Lewis le llevaba 11 años a Benjamin Disraelí.
Jenny von Westphalen le llevaba 4 años a Carlos Marx.
Pearl Cecily Bowen le llevaba 17 años a Raymond Chandler.
Isadora Duncan le llevaba 17 años a Sergei Esenin.
Thelma Catherine Patricia Ryan le llevaba 1 año a Richard Nixon.
Marguerite Yourcenar, Cocó Chanel, George Sands, Cher, Madonna, Olivia Newton John , Elizabeth Taylor, Liza Minelli, Jacqueline Bisset- ...y sigue la lista- , son todas mujeres que llegado cierto punto de la vida se dieron el lujo de elegir a su lado a hombres que en muchos casos podían ser sus hijos.
Ahora bien, si vamos a contar la verdad, es que los hombres jóvenes pecan, justamente, de portación de juventud. Nos cautivan, se entusiasman, nos adoran, nos seducen, nos juran amor eterno y un buen día demuestran que han llenado nuestra vida de magia: como buenos magos, nos echan unos polvos y desaparecen.
Su exceso de entusiasmo dura todo el tiempo en que salgas con él, en el sentido estricto de la palabra. Cuando luego de un tiempo de salidas, empiezas a desear entrar con él, la cosa se complica, y el chico se asusta. Porque él te quiere para estar afuera, o en la cama, sin términos medios. Nada de cumpleaños de amigos, almuerzos familiares ni bautismos de la ahijada.
Es el momento en que una empieza a perseguirse con preguntas absurdas: “¿Qué hice mal? ¿ Lo presioné demasiado?¿ Se contracturó la espalda al colgarme los estantes?”
Nada de lo que imagines es la verdadera razón de su huida estrepitosa.
La causa del fin de un sueño que duró poco es que él sólo quería pasarla bien, tener un lindo romance, vaciarte la heladera, robarte unos compacts, pedirte que le salgas de garante para una hipoteca... y basta.
Tal vez empezó a pensar demasiado en ti, creyó enamorarse de veras... y no se sintió emocionalmente preparado para cumplir con tus expectativas de “novio formal”.
Pero eso tampoco es consecuencia de salir con uno de 20... ¡todo eso mismo te puede pasar con uno de 50!
El mundo está lleno de vejetes que tampoco se sienten emocionalmente maduros para pasar a cierto nivel de permanencia y compromiso. Y encima, sexualmente son mucho menos efectivos.
Si te enamoraste de un jovencito, recuerda que la inmadurez siempre se hace notar. Y que no hay cosa más fea que encontrarte un día en la cama con un hombre más delgado, más lindo y más joven que tú: te hace sentir una ruina! Cuando sales con un jovencito, todo va bien hasta que te topas con un espejo lo suficientemente grande como para que te veas parada a su lado. La primera imagen que te viene a la mente es la de un escolar ( él) observando una momia inca ( tú) en un museo etnográfico. Y eso te agrega el problema de vivir pendiente de cada mujer joven que se le acerque con una sonrisa. Todas te parecen una amenaza, porque todas son menores que tú. Tienes que sentirte muy segura, para no morir de celos junto a un amante muy joven.
En cambio, junto a un señor mayor que ti, siempre serás tú la jovencita rezoagante. El ya tiene experiencia, ya no tienen ganas de andar buscando aventuras , tiene una vida hecha y una conversación interesante.?
Lo bueno de cumplir años es que todos los hombres del planeta están ahí para una: los mayores, los menores, los de tu edad, y los de la edad de tu hijo. A los 30 no te atraían los de 50, que ahora sí te interesan. Y a medida que creces te puedes enredar con uno de 20, que te hace sentir de 20 otra vez. ¿ Por qué privarse? Conocer gente es lo mejor que puedes hacer . Ya lo dijo la Madre Teresa de Calcuta : “Hay que amar hasta que duela”

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